Como Convertirse en Crítico de Arte

Antes que nada, si Ud. es crítico de arte y llegó acá vía Google con la curiosidad de aprender algo, ni se moleste, esto no es para Ud. Esta nota está dedicada a la gente como uno, que de crítico de arte no tiene nada, o peor aún, que posee un Blog y se cree con el derecho de dar su opinión sobre cualquier cosa (como en este caso).
Pero vayamos al grano. Digamos que hemos visto una película durante el fin de semana (o leído un libro, que para el caso es lo mismo; no así con la pintura, ojo, que requiere algo más de habilidad) y como no tenemos nada interesante que postear, decidimos "regalar" a nuestros lectores con nuestra docta review.
Pero claro, a la hora de transmitir nuestra opinión, nos salen cosas de este estilo: "...un bodrio, me dormí a los diez minutos, lo único interesante fue cuando la Eva Mendez, que está rebuena, se desvistió en la ducha y cuando se agarró a tiros con los albaneses. Además, se veía medio raro, como oscuro, un desastre".
Evidentemente, nuestra capacidad de expresión deja mucho que desear, lo nuestro probablemente esté más cerca de la cancha de futbol y el choripán que de las bellas artes. Entonces?
Con un poco de creatividad, y utilizando un buscador de sinónimos, podemos maquillar nuestra mediocre palabrería.
Por ejemplo, en lugar de "un bodrio, me dormí a los diez minutos", podríamos decir: "el director maneja los tiempos y estados anímicos con una sutileza exquisita; la cinta transcurre con la intensidad que otorgan la pausa y el silencio..." Nótense los detalles, citamos al director, como si tuviéramos idea de quien es y como si conocieramos su trabajo; también usamos términos como sutileza e intensidad (cualidades que hacemos propias para impresionar a nuestra audiencia, y por qué no, a alguna señorita) y cinta, en lugar de película, lo que denota que nuestra experiencia en el tema va un poco más allá de la aparición del blu-ray y los videojuegos.
"...lo único interesante fue cuando la Eva Mendez, que está rebuena, se desvistió en la ducha..." Frase equivocada de principio a fin, que podemos reemplazar con: "...que se asocian con arte al erotismo subliminal del argumento, encarnado en la magnífica actriz de origen cubano, Eva Mendez...".
Esta vez, disimulamos nuestros instintos más básicos con palabras como erotismo subliminal, que por supuesto no tienen ningun sentido práctico pero que nos hacen ver un poco cultos y profundos, poseedores de una sensibilidad negada al resto de los mortales que nos leen. Hay que quitarse también la costumbre de ponerle artículos a los nombres de famosos: el Christian Bale, la Nicole Kidman no suena bien, aunque a Ud. le parezca que sí.
"y cuando se agarró a tiros con los albaneses. Además se veía medio raro, como oscuro, un desastre." Pruebe con: "...quien se ve envuelta en una violenta persecución de carácter étnico que plasma con certeras pinceladas la complicada tela del terrorismo en el mundo contemporáneo. El uso de una fotografía de textura densa y uniforme le imprime a esta obra una atmósfera oscura, decadente..." En esta oportunidad utilizamos la corrección política para darnos aires de intelectuales que saben del mundo, y usamos palabras como fotografía y textura para sugerir que somos entendidos en la materia.
Veamos entonces como quedó nuestra pequeña reseña:
"...el director maneja los tiempos y estados anímicos con una sutileza exquisita; la cinta transcurre con la intensidad que otorgan la pausa y el silencio, que se asocian con arte al erotismo subliminal del argumento, encarnado en la magnífica actriz de origen cubano, Eva Mendez, quien se ve envuelta en una violenta persecución de carácter étnico que plasma con certeras pinceladas la complicada tela del terrorismo en el mundo contemporáneo. El uso de una fotografía de textura densa y uniforme le imprime a esta obra una atmósfera oscura y decadente."
Ahora solo nos falta rellenar los espacios, citar alguna fuente, y continuar en el mismo tono. No importa si nuestra crítica finalmente carece de coherencia, o si ni siquiera emite opinión alguna sobre la peliculeja, después de todo, así son los críticos de arte, enigmáticos e incomprensibles.
Claro que si finalmente una señorita, impresionada por su verba y su sagacidad decide hacerle caso y acompañarlo al cine, trate de no embarrarla abriendo la boca. Ante cualquier pregunta que ponga en riesgo su recién adquirida imagen de caballero e intelectual, suspire y murmure algo ininteligible mientras pone cara de circunstancias.
Más importante aún, no mastique pochoclo con la boca abierta.

En nuestra próxima entrega: como comer una naranja en público sin hacer papelones.