Después de pasar una hermosa Nochebuena con nuestros amigos los Zeida (click acá para ver fotos), el martes nos levantamos con ganas de pasear un poco. Así que tomamos la Ruta 2 hacia el sur y enfilamos para High River, un pueblo a unos 40 kms de Calgary. Siendo Navidad (en Canadá TODO cierra el 25) lo encontramos bastante desierto, pero así y todo, muy agradable. Dimos unas vueltas por el centro y el parque de la ciudad, y como todavía era temprano, hicimos 30 kms más por la ruta hasta Nanton, una mini-localidad conocida en la zona por tener un recorrido de casas de antiguedades (recomendado por Vanina y Omar, también amigos argentinos-calgarienses), así como un museo aéreo.
Obviamente no encontramos nada abierto, pero el lugar nos resultó interesante, y seguramente merecerá una segunda visita. A ésta altura del viaje, y teniendo en cuenta lo temprano que oscurece en ésta época del año, decidimos pegar la vuelta, no sin antes pasar rápidamente por un pueblito que no habíamos visto a la ida: Cayley.
Con un fondo de montañas majestuosas, Cayley es un puñado de casas perdidas en el campo que no ofrece demasiado al eventual visitante; eso sí, vimos una extraña casa en forma de Iglú con una bandera pirata que hubiera servido como escenario de cualquier película de asesinos seriales de esos que secuestran gente que por algún motivo quedan varados en la ruta.
Hasta la vista a Cayley y sus extraños habitantes!!
Casi llegando a Calgary, no podíamos dejar de pasar por Okotoks, ciudadela vecina, ésta sí una agradable sorpresa. Encontramos todo muy ordenado y pintoresco, y hasta paramos en un pequeño parque con juegos infantiles para que Breanna se hamacara un rato.
En general, un lindo paseo por lugares que a su manera, también tienen su encanto.
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